Esperé impaciente el otoño de mi vida. Después… vi mis primaveras pasar una, a una, sin poder hacer nada porque se detuvieran. Hoy que puedo contar más de treinta, me pregunto… ¿porque decidí apresurar un invierno? Sin haber disfrutado siquiera un verano. La vida pasa como cada una de las estaciones del año y solo depende de uno mismo disfrutar del frio del invierno o, del calor de un verano. Vivir paso a paso… sin apresurar al tiempo, me dejó de experiencia… el correr sin aliento.
sábado, 22 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario